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martes, 17 de septiembre de 2013

JESÚS QUIERE CORAZONES MISIONEROS ENTREGADOS...



Damasco 2013... Cierre




Una gran predicación...
No veas en el otro lo que fue...
Velo como lo ve Jesús... un gran Apóstol

miércoles, 12 de junio de 2013

“Tengan pues los sentimientos que corresponden a quienes están unidos a Cristo Jesús (…)”

Antes que nada, quisiera compartirles mi experiencia en esta “noticia” de dar pautas; pues me sentí un poco nerviosa, porque cambiaba mi perspectiva de estar siempre sentada escuchando a los demás dar pautas, y ahora los papeles se iban a cambiar, yo estaría frente a los demás hablando por Jesús, y eso para mí era (es)  una gran responsabilidad.

Pero bueno, con todo y los normales nervios, estaba sin duda la emoción ante esta invitación y por ello decidí prepararme, ¿Cómo? Poniendo más empeño en mi oración, es decir, que ni un solo día me faltara de orar, nada de que “tengo mucho trabajo” o “tengo un compromiso” todos los días, peleaba por mi tiempo con Dios. Y, queriendo corroborar las palabras “Pidan y se les dará”, yo me puse a pedir, no sé, fue una manera de sentirme más cerca de él, ya que cosa que le pedía, él me concedió, desde lo más pequeñito que le pedí, en cada una de esas cosas, Jesús me hizo sentir su presencia, que él estaba a mi lado y me estaba escuchando…
Días antes de recibir el contenido de mis pautas, yo me sentía un poco rara, la descripción sería que me sentía con “sentimientos encontrados”, la verdad es que no sabía por qué me sentía así, a veces enojada, triste, feliz, etc. mi estado de ánimo estaba cambiando constantemente y eso estaba dañando a mí misma y por supuesto a mis seres queridos, y esas cosas precisamente eran las que estaba orando. Pues entonces, pasaron los días y llegó el contenido de mis pautas…y ¡oh sorpresa! La cita principal: (Filipenses 2-7) “Tengan pues los sentimientos que corresponden a quienes están unidos a Cristo Jesús (…)” en esa cita, me llamaba mucho la atención la palabra “sentimientos” por lo que decidí investigar al respecto con información “mundana”.

Encontré que un sentimiento es provocado por una o varias emociones, que a su vez generan un estado de ánimo… en otras palabras, las emociones que me provocaban algunos hechos de mi vida cotidiana estaban generando sentimientos de diversa índole y que todo junto afectaba mi estado de ánimo.

Leyendo esto, pregunté a Jesús que ¿Qué me quería decir exactamente? Y la respuesta: Revisa tus emociones, sentimientos y tu estado de ánimo sin duda mejorará… y bueno ahí me tienen haciendo un análisis de las cosas que había vivido últimamente, en mi casa, trabajo, con mis amigos y amigas, etc… y sí, en definitiva, recordé algunos sucesos en los que me dejé llevar por la emoción, momentos en los que no me detuve ni un poquito a pensar y que me hicieron expresarme negativamente.
Reconocer esas acciones me hacían preguntarle a Jesús ¿Cómo le hiciste tú para controlar tus sentimientos? ¿Cuáles eran tus sentimientos? ¿Cómo le hacías para no perder la cabeza y manifestar enojo, orgullo, etc.?

Y es que de una cosa si podemos estar seguros, él vino a la tierra en la misma condición humana, así tal cuál como nosotros, (Filipenses 2-7) es más hasta se desarrolló en un hogar humilde y sin riquezas, así que nosotros ni pensar en poner pretextos que él sí podía ser así de bueno porque era el hijo de Dios y además vivía muy cómodamente y con lujos…

Pero entonces, le preguntaba al señor que ¿por qué a nosotros nos resulta tan difícil hacerlo? Comparando nuestros sentimientos con los de Jesús, me daba cuenta de que su hilo conductor u objetivo principal, es el amor, expresar su amor siempre, a pesar de todo. ¿Qué si él también llegó a tener sentimientos negativos? Tal vez sí, pero la diferencia es que aún con esas dificultades que le presentaba su condición humana, él vivía victorioso sobre el pecado y la tentación, vivía en gracia con Dios Padre…

He llegado a escuchar quien dice que para Dios, la mente es más importante que la conducta, y le pregunté a Jesús si realmente ¿eso es posible? Porque para mí no tiene lógica pensar de una manera y comportarme de otra, me imagino que hay muchas personas que así viven, son unos en el pensamiento y son otros en lo que hacen… pero estas personas seguramente no son 100% felices, ni están contentas con su incoherencia, además, como dicen “la verdad siempre sale a flote”.

También le pregunté que si entonces la mente no es lo más importante… ¿La conducta sí lo es? Pero no…tampoco estaría bien comportarnos siempre “bien” y sentir odio en nuestro corazón, o pensar mal de los demás, juzgarlos, etc. El hecho de que no hayamos cometido algún delito del mundo o ante la ley, no nos convierte automáticamente en personas que siguen una vida cristiana, seguir verdaderamente el camino de Jesús es más que no cometer delitos y aparentar que todo “está bien”.

Ante todas estas preguntas que le hacía, el me iba contestando que no me confundiera en querer saber qué es más importante o no para él, me recordaba que si él vino al mundo a morir por nosotros, también lo hizo para vivir y para enseñarnos cómo hacerlo…

Con ello nos demuestra que sí se puede y que aún con su apoyo podemos lograrlo aún más… no debemos pensar que él es un ser lejano e inalcanzable, más bien es cuestión de recordar el amor que nos demuestra y que quiere que también demostremos a los demás.

Todo el amor de Jesús se encuentra reunido en la eucaristía, prácticamente la eucaristía es el resumen del cristianismo, porque es el acto de amor más grande mediante el cual se nos regala el amor, la vida, y no es cualquier cosa…es por ello que debemos ser bien conscientes de que vivir en pecado nos aleja de nuestro señor, es una forma de rechazarlo y no hacerlo parte de nuestra existencia.

Nosotros también podemos amar como Jesús, también podemos tener y vivir sus sentimientos, tal vez sea algo muy difícil de hacer o de imitar pero no cabe duda de que verdaderamente vale la pena intentarlo. Los sentimientos de Jesús son tan maravillosos que pueden ser parte de nuestra vida, y no de una vida simple, sino una vida de amor y felicidad; ya por último quisiera agregar unas palabras que me han hecho reflexionar sobre todo esto que les acabo de compartir:

“Ser santo es amar a los que nos ignoran y a los que nos desprecian, odian y nos hacen mal; es AMAR A LA TALLA DEL AMOR EUCARÍSTICO”

Katia Vanessa Prado Cortés.

miércoles, 5 de junio de 2013

ACTO DE FE...


Buenas tardes Jesús, gracias por este momento de oración, gracias porque nos das la vida, gracias porque hoy vienes a nosotros y buscas que te amemos, gracias amigo porque has sido bueno con nuestra tierra, gracias porque sin ti no podríamos nada. Te pido auxilio  para hoy pues queremos escucharte y anunciarte, danos muchos deseos de ser apóstoles tuyos que buscan llevarte a todos los rincones del mundo.

 

1.- Jesús nos ama sin límites, y tu amor ¿Hasta donde?


                Este es único y primer punto para reflexionar. Meditamos como el amor en general es extremoso. El amor de una madre por sus hijos, el amor sincero de una pareja de enamorados, el amor de un padre por lo suyos, etc. Todos estos tipos de amor son extremosos y le implico mucho. Y Jesús ¿cómo fue su amor? Le implico toda su vida, dio todo por los suyos, hizo locuras por ellos, tuvo muchos detalles por ellos, por ejemplo (Jn 13, 12-15) el lavatorio de los pies, se humilla por los suyos. Su amor no tiene límites, y nos lo demuestra con toda su vida, y en su intención. Su amor llega hasta el extremo y hasta el punto de a la hora de morir piense en los suyos. Si a ti te dijera Luis el medico que te han diagnosticado un cáncer y que esta avanzado te quedan unos meses de vida ¿Qué harías? Tal vez lo primero en pensar sería, pasear ir a Hollywood, otros a gastar comprando, etc. Pero pensar en amar me parece que es lo ultimo que harías. Y sin embargo Jesús su amor por lo suyos no tiene límites y sabiendo que iba a morir, desea que su amor se quede con ellos en la eucaristía (Mc 14, 23-24)

 

Pero la gran pregunta y ¿yo que hago con el amor que el me esta dando, que hago con las formaciones que recibo con estos momentos de oración, los guardo como hizo el servidor de la parábola de los talentos? (Mt 25, 24-25) Este es un hombre que su servidor le confío un talento para hacerlo crecer e hizo lo contrario, lo enterró. Dios me confía mucho, me da oración etc, pero eres un apóstol y ¿Cómo lo administras?

                Si nuestra vida no da testimonio de lo que vivimos, nos pasara lo de la frase, “Sino vivo lo que creo terminare creyendo lo que vivo” si no estas o estamos dispuestos a hacer la voluntad de Dios, ¿a quien sigues, a tu mismo o a tus amigos, a los misioneros? Estas mal, esto no tiene futuro. Si no estas dispuesto a hacer la voluntad de Dios, más te valdría lo que dice una cita, (Lc 17, 1-2) si no estoy dispuesto a hacer lo que Dios quiere para mi, pues de ¿Qué sirve tanta oración?

 
                La cita central es Mc 14, 32-42. Es el pasaje del Getsemaní, cuando Jesús le cuesta hacer la voluntad de Dios, pero da el paso. Hay momentos en los que Dios nos pedirá un paso, pero ¿lo haremos? Una ves me paso en España tuve un conflicto muy fuerte con un misionero y me dolió mucho, que me halla dicho tal cosa, me dolió hasta los huesos, y no lo tragaba, paso el tiempo y Dios me hizo calmarme y aceptar, lo acepte y luego se calmaron las cosas, cuando me fui de España experimente que esta persona me hizo crecer mucho como misionero, creció mucho con ellos la confianza y respeto. Hay y habrá momentos en la vida como apóstoles en que el te pedirá dar pasos y serán dolorosos pero te lo aseguro te harán crecer un montón, acéptalos cuando vengan.         ¿Hasta donde llegara tu ser apóstol, serás capaz de seguir a Dios en las buenas y malas, en las duras y maduras? Ojala que lleguemos a decir lo de Jesús “Que no se haga mi voluntad, sino la tuya” Ojala que dejemos que Dios nos pode para dar fruto, Jn 15,2 deja que corte lo que en ti no da fruto para que des más fruto y abundante.

martes, 28 de mayo de 2013

COMO VIVIMOS EL PENTECOSTÉS...

Esta es una encuesta que algunos de nuestros hermanos aceptaron compartirnos como vivieron el pentecostés...





1.- ¿Para ti que es el Pentecostés?

Katia:
Es una celebración muy bonita, porque es la venida del Espíritu Santo!!! También es un tiempo para renovar fuerzas y que nos ayuda a auto-evaluar la forma en que usamos nuestros dones para nuestra vida y la de los demás.


Giovanna:
El Espíritu Santo.

Omar:
La llegada del Espíritu Santo.



2.- ¿Qué esperas de este día?

Katia:
Fortalecer mi Espíritu con él (Espíritu Santo). Enriquecer mi conocimiento sobre este acontecimiento, sobre mi fe, sobre mi religión, y que esto alimente cada vez más mi fe.

Giovanna:
Que el Espíritu Santo ilumine mi vida y me ayude en mi cambio de fe.

Omar:
La renovación de mi fe.


3.- Describe lo que estás viviendo en este momento:

Katia:
Gozo al ver lo dones que me regala y les regala a mis hermanos de VD; también emoción y alegría… y mucho calor!! :P

Giovanna:
Para empezar una alegría de estar aquí y preparar el corazón para ir recibiendo los dones que me quiera regalar el Espíritu Santo.

Omar:
Una convivencia en armonía con todo tipo de edades.


4.-  ¿Qué es lo que más te gusta de este día?

Katia:
Aprender de mis compañeros y amigos a través de su testimonio de vida, me gustó mucho el momento de oración con la presencia del santísimo y también cantar y bailar.

Giovanna:
Fue una experiencia muy diferente y me gustó mucho.

Omar:
La relación entre personas.


5.- ¿Qué es lo que te llevas del pentecostés y cómo piensas aplicarlo en tu vida?

Katia:
Me llevo un espíritu renovado y alegre; ahora me fortalece saber que el también está presente en mi vida y que siempre me acompaña; pienso aplicarlo en mi vida diaria a través de mi testimonio de vida, con mi oración y la convivencia con mis seres queridos.

Giovanna:
Reavivar mi fe y compartirla.

Omar:
Tomar lo mejor de las personas con las que convivo, para ser mejor persona

By  AVJ

domingo, 5 de mayo de 2013

CONVIVENCIA “AGARRA TU VIDA Y LANZATE”…. EL RELATO…



Muchachos, quiero comenzar este relato haciéndoles una pregunta: ¿Qué es lo que resulta cuando mezclas la compañía de Dios, una alberca, la oración, la amistad, la reflexión, la alegría, el futbol, el trabajo en equipo y un buen ceviche preparado por nuestro amigo Miguel?... Pues lo que resulta es una convivencia entre los jóvenes de los grupo de JOAMI y SAN PABLO junto con algunos otros invitados (a los cuales nos dio mucho gusto conocer), es decir, lo que resulta es una convivencia llamada “AGARRA TU VIDA Y LANZATE”, ya que todo esto fue lo que vivimos los casi 25 asistentes el pasado domingo 28/04/13 en esa convivencia:
Sin duda, fue una oportunidad para reafirmar los lazos de amistad existentes  y conocer a otros jóvenes con formas de pensar y sentir muy similares, creando así un ambiente bastante agradable durante los tiempos de traslado, la hora de la comida y el tiempo libre sobre todo.

Creo que uno de los momentos más especiales de ese día fue cuando Gerardo nos compartía la cita del ciego de Jericó (Lucas 18: 35-43), la cual habla de lo grande que es la entrega de Jesús al preguntarnos ¿Qué quieres que haga por ti? Y tener la disposición de escuchar nuestra respuesta. En lo personal, me gustó mucho poder observar como cada quien escogió un lugar para orar o meditar esta cita y ver las expresiones de paz y tranquilidad en sus rostros.

También tuvimos la oportunidad de experimentar la alegría en diferentes formas y momentos:
-          Quizás desde la ambientación musical a cargo del Maestro Jesús Antonio López Cinco (mejor conocido como “El Cinco”)

-          Algunos otros jugando futbol, sobre todo cuando salió volando el zapato de Flor, la verdad es que de lejos se vio muy chistoso.

-          Hubo quienes se fueron preparados con su traje de baño para pasar un buen momento en la alberca; y bueno… el pobre de Chemita aunque no llevaba traje de baño, también terminó empapado gracias a que Alan y Jorge lo aventaron a la alberca (esos muchachos no tienen remedio jejeje).

-          En lo personal, disfruté mucho al verlos participar en el juego en el que los equipos tenían que correr en circulo para llegar a sus misma posición; en especial cuando Adriana alegaba diciendo “Me aventaron!... yo ya no juego… está grabado en video ¿verdad?”.

Por supuesto que también tuvimos momentos de reflexión, sobretodo en dos actividades que realizamos en equipos:
En la primera actividad se nos dio una lectura para trabajarla en equipo y representarla frente al resto de los asistentes. Con esta actividad tuvimos la oportunidad de analizar algunos temas como:
-          Los cambios que puede haber en una familia cuando se aleja de Dios.
-          La huella que podemos dejar en los demás con nuestro testimonio.
-          La forma en la que algunas veces nuestra propia familia cuestiona nuestra fe.

-          El darnos cuenta de que algunas veces ponemos nuestra atención en cosas sin importancia y dejamos a un lado las cosas valiosas de la vida, como la fe, la familia y los amigos, por ejemplo.
En la segunda actividad, teníamos que pasar en equipo por diferentes estaciones en las cuales pudimos reflexionar acerca de:
-          Lo difícil que puede llegar a ser tener confianza en los demás y ponernos en sus manos.
-          Lo que podemos encontrar al escuchar nuestro interior.
-          Los cambios que podemos generar en los demás al cambiar nuestra actitud hacia ellos.
-          Las cosas que no nos atrevemos a decirles a otras personas.


Antes de terminar este relato, quisiera agradecer a los organizadores de esta convivencia por su esfuerzo y decirles a todos los que estuvimos presentes que sin duda alguna este domingo tuvimos la oportunidad de convivir, pero no solo de convivir entre nosotros, también tuvimos la oportunidad de convivir con Dios, ya que fue él quien nos reunió ese día, y seguramente lo hizo con la única intención de que cada uno de nosotros escucháramos como a través de la alegría, la oración y la meditación, él nos estuvo diciendo “AGARRA TU VIDA Y LANZATE”

AVJ

miércoles, 1 de mayo de 2013

PAUTAS: SER DISCÍPULOS DEL RESUCITADO, ES VISIBILIZAR SU MISMO AMOR.


"Les doy un mandamiento nuevo: Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado"


Cuando leía Jn. 13, 34-35 repasaba todo el día domingo, la convivencia. Uno de los objetivos era conocernos un poco más y unir los apostolados; pues en la forma en que nos tratemos daremos a conocer que seguimos a Jesús.
Este es un mandamiento que nos da Jesús, que no es igual al de Moises pues ya no es el amar a los demás como me amo a mí, porque muchas veces ni sabemos como hacer eso, ahora nos pide más, Jesús va más allá. Ahora en amar al prójimo como Él nos ha amado.
Entonces me preguntaba ¿de qué tipo de amor estamos hablando? De un amor hasta el extremo de dar la vida, un amor que libera, que hace que todos volvamos a Dios, es el que incita a desarrollar plenamente los dones que Dios nos da, es el que nos hace ayudar al otro para ser lo que Dios quiere para su vida.

Y con esto ahora me preguntaba ¿se puede amar así?
Yo en ocasiones pienso que es tan difícil, que solo los santos. Pero cuando eres obediente, como nos lo decía Pedro: obedientes siguiendo paso a paso lo que Dios me dice, entonces te das cuenta que sí es posible.

Ahora Jesús nos pide un paso más de profundidad, de ver más allá, de visibilizar o sea ver lo que no puede verse a simple vista. Esto con ayuda del Espíritu Santo, para que en nuestro día a día podamos captar el amor de Dios en las personas y así darnos cuenta que tenemos esa capacidad de amar como Él.
Sí se dan cuena esto es lo que está pidiendo el mundo, Jesús me hacía meditar sobre las realidades de las personas que van a consulta y me daba cuenta que lo fundamental siempre es el Amor, un amor que construya, que reanime, un amor verdadero; y esto es lo que Jesús nos pide que seamos, este amor que todos buscamos, que deseamos nosotros y los que nos rodean.

Para esto, Jesús me decía, que es necesario estar atentos a su voz, a su Palabra, descubrir y preguntarle cómo le haría Él, ver su vida y aprender de ese trato sincero, cercano, empático para lograr llevar a la práctica este amor.

Y con ayuda de nuestra mamá María, que siempre está al pendiente de nosotros, poderle pedir que nos ayude a continuar en los momentos que tengamos de debilidad y que nos impulse y anime a seguir este camino que Jesús nos propone.

Otra cita: Jn. 14, 21-26


Algunas preguntas que nos pueden ayudar a orar mejor.
¿Qué calidad de amor estoy dando?
¿A quién estoy amando?
¿Cómo estoy amando?

Adriana

viernes, 26 de abril de 2013

Formación: "Discernimiento Espiritual"















Para poder discernir auténticamente, necesitamos algunas predisposiciones:


  1. Deseo de hacer la voluntad de Dios. Necesitamos querer lo que Dios quiere, si no, es imposible el discernir. El director espiritual debe querer cuanto Dios quiera para esta persona en concreto y el orientado también debe adoptar una actitud de «firmar el cheque en blanco» a Dios.
  2. Apertura a Dios. Viene implícito en la primera disposición, sin embargo, en ocasiones queremos elegir según nuestro propio gusto queriendo que sea el gusto de Él. Deseamos trabajar para Él, pero en el fondo, no nos gusta que sea de verdad el jefe. Dios tiene sus misterios, en ocasiones resulta desconcertante y «escribe derecho con líneas torcidas».
  3. Conocimiento experiencial de Dios. Conocer a Dios significa conocer sus gustos, conocer lo que le agradaría más. Por eso, también se acude al director espiritual en busca de alguien que, además de la gracia de estado, tiene tal experiencia de Dios que les puede ayudar a discernir sus gustos. (Thomas H. Green).

Definicinición:

Se impone que nos acerquemos al sentido real del discernimiento y nos preguntemos qué entendemos por discernimiento y por discernimiento espiritual .

 Es un término muy usado y con un significado muy compartido.

En griego tenemos el término krinein, que significa: separar, seleccionar; después de un serio examen: elegir, decidir.
En latín el término es cernere, que significa: separar, cribar, percibir las cosas con claridad, reconocer. Y en castellano, «discernir», que significa: interpretar adecuadamente, examinar a fondo, definir las cosas en sus limites.

Fundamentación Bliblica.


El discernimiento está muy presente en la Escritura .

Lo vemos ya en la primera página de la Biblia: Adán falla en el discernimiento ante el árbol del bien y del mal (Gén 2,17; 3,lss).

En el Antiguo Testamento, la Alianza es el criterio decisivo para discernir la fidelidad o infidelidad del pueblo de Israel (Dt 11,18-32).

Tiene mucha importancia en san Pablo.
Habla explícitamente del «discernimiento de espíritus» (1 Cor 12,10), como de un carisma entre otros carismas; y le es un tema familiar, como lo vemos en estos textos:
«Que vuestro amor siga creciendo cada vez más en conocimiento perfecto y todo discernimiento» (Flp 1,9); «Que lleguéis al pleno conocimiento de su voluntad con toda inteligencia espiritual, para que viváis de una manera digna del Señor» (Col 1,9-10); «Vivid como hijos de la luz {...] Examinad qué es lo que agrada al Señor» (Ef 5,8-10); «No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renoación de la mente. de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto» (Rom 12,1-2); «No extingáis el Espíritu; no despreciéis la profecía; examinado todo y quedaos con lo bueno» (1 Tes 5,19); «Adultos: aquellos que, por costumbre, tienen las facultades ejercitadas en el discernimiento del bien y del mal» (Heb 5,14).


Noción de espíritus


Es el agente que ejerce una principal influencia en las ideas y afectos predominantes en un individuo o en un acto que este realice.


Por nombre de espíritus entendemos no las inspiraciones mismas, sino sus autores, y en este sentido se dice en las Sagradas Escrituras: espíritu bueno, espíritu malo y espíritu humano.


Así entendido el espíritu, se hallan ser tres los diversos agentes: divino, diabólico y humano.



 Modo de actuación de los espíritus



No obran estos espíritus forzando la libertad humana, sino solicitando la voluntad según los fines propios de cada uno. La acción del buen espíritu suele llamarse inspiración, la del diabólico instigación y la del humano inclinación, la cual puede ser naturalmente buena o desordenada.


a).- El espíritu divino. El Espíritu Santo mueve inspirándonos. Lo cual realiza atrayéndonos con su gracia, ya reprendiéndonos con los remordimientos de conciencia, ya retrayéndonos con el temor al castigo. Unas veces obra de un modo ordinario, según la providencia común, y otras de forma extraordinaria, con la influencia superior y eficaz de los llamados Dones del Espíritu Santo. Se presenta siempre con suavidad y facilitando la virtud, aunque a veces la primera impresión sea de temor y para los pecadores de remordimiento. Claro está que nunca incita al mal ni al bien tan solo aparente.


b).- El espíritu diabólico. Siempre solicita al mal, aunque muy a menudo se viste de ángel de luz para engañar a los incautos (2Cor 11, 14), pero al fin descubre sus intenciones perversas. Para sus instigaciones se vale de sus fantasías y demás potencias sensitivas, que altera y desconcierta, y propone bienes sensibles con exageración de necesidad, o males con apariencia de bien, etc. No guarda orden alguno en su modo de obrar, y tan pronto suscita fervores intempestivos y penitencias indiscretas, como exagera las dificultades de la virtud e incita a la desesperación y a dar rienda suelta a las pasiones. Obra de ordinario con alboroto, perturbación y violencia. Pero a los malos les quita remordimientos y los adormece con sus placeres.


e).- El espíritu humano. Inclina a la comodidad y a la satisfacción de los sentidos y al amor propio. Es egoísta, inmortificado, independiente. Obra con suavidad y blandura sensible, y nunca es violento para sí mismo, aunque sea para los demás pesado. La diferencia que hay entre este espíritu y el divino equivale a la diferencia entre naturaleza y gracia. Aunque a veces se alía al mal espíritu, se distinguen ambos por el carácter de violencia, extrañeza y exageración que lleva consigo el espíritu diabólico, aun recayendo en el mismo asunto o materia en que el humano actúa.

Buen espíritu:
Acción divina
Espíritu humano:
Naturaleza
Mal espíritu:
Acción diabólica
Inspiración
Inclinación
Instigación
Suave, agradable, firme.
Propone siempre el bien
Tiende siempre a la comodidad
y al placer.
Violento y áspero.
Propone siempre el mal.
Nuestra tarea es obedecer
Nuestra tarea es moderar
Nuestra tarea es combatir.

A. El discernimiento adquirido.
 
Se posee por medio del ejercicio y del conocimiento de las personas, por la oración, el estudio y la experiencia propia.

B. El discernimiento infuso.

Éste es un don de Dios. Un carisma dado para ayudar a los demás. Hay sacerdotes, religiosos o seglares que, sin una gran formación teológica o espiritual, tienen sin embargo una gran capacidad de discernimiento y consejo. San José de Cupertino, San Juan María Vianney (mejor conocido como el santo Cura de Ars), Santa Teresa de Jesús, por mencionar algunos, son ejemplos de esta capacidad infusa.

La capacidad para discernir los espíritus es una gracia del Espíritu Santo, unida al don de consejo y de entendimiento.


Razón del discernimiento espiritual. 


a) La primera razón es el mismo ser humano Nadie nace acabado y todos necesitan hacerse, y, por lo tanto, deberán dirigir todo el potencial vital hacia una meta concreta diciendo muchos síes y muchos noes. El discernimiento deberá estar siempre presente.

 b) La razón está en el mismo ser cristiano Nada más tener delante al cristiano en su ser total, salta a la vista que el discernimiento es del todo necesario. Contemplamos al cristiano desde una doble perspectiva:
En primer lugar, en su existencia concreta, Todos sabemos que lo radical del cristiano es ser en Cristo, con todo lo que le Supone de relación con la Trinidad, con el hombre y con el mundo. Pero este ser en Cristo debe realizarse en un contexto socio-histórico concreto y en un sujeto concreto. No se tiene la identidad cristiana completa si no es en una persona concreta y en un momento concreto.
Vemos, además, al cristiano en su crecimiento. Debemos situar al cristiano en un proceso de gran riqueza y abierto a la vida cristiana en plenitud. La respuesta que se da en cada momento nunca es definitiva. Este proceso integral del cristiano es impensable sin la praxis del discernimiento.

c) La razón está en la presencia del Espíritu. Esta presencia del Espíritu es la que nos plantea el discernimiento espiritual. Le prestamos atención.

 Contamos con que la presencia del Espíritu es activa y operante sobre toda la creación; donde está el Espíritu hay vida. Así nos lo presenta la Escritura: «Entonces Yahvé Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente» (Gén 2,7); «Envías tu aliento y los creas, y repueblas la faz de la tierra» (Sal 104,30); «Infundiré mi Espíritu y viviréis» (Ez 37,14). Y, a su vez, si falta el Espíritu, falta la vida.

Sabemos que la vida cristiana es en el Espíritu: el cristiano nace a la vida divina por el Espíritu (Jn 3,5), en él «habita el Espíritu de Dios» (Rom 8,9), tiene al «Espíritu que se une a nuestro espíritu» (Rom 8,16); pero, además, los cristianos son guiados por el Espíritu: «En efecto, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios» (Rom 8,14); «Si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley» (Gál 5,18). Resulta evidente que se necesita una intensa atención al Espíritu para tener un discernimiento cristiano.
— Añadimos un dato más: la presencia y la actuación del Espíritu suponen en el cristiano una tensión interior. La tensión se da como resultado de dos polos de fuerza contrarios; y el cristiano, que es testigo de que el hombre viejo le acompaña (Col 3,9) y que es consciente de que está ungido por el Espíritu
(2 Cor 1,2 1-22), sabe muy bien la tensión que le supone la vida en el Espíritu, como la describe san Pablo en Rom 8,lss. Si la presencia del Espíritu y la tensión interior se corresponden, se entiende fácilmente que a más presencia del Espíritu se experimente más la tensión interior.
Y, consecuentemente, ante la experiencia de la propia tensión se impondrá la necesidad del discernimiento y del discernimiento espiritual. Resulta claro que donde no se viva con tensión, no se verá la razón del discernimiento.

d) La razón práctica del discernimiento viene dada desde los mismos ámbitos donde se practica.
 Enumerarnos los momentos en los que se hace necesario y se practica el discernimiento: en la opción vocacional (discernimiento vocacional); en la estructuración de la persona cristiana; en los momentos de crisis; en las nuevas llamadas; en el estilo de vida cristiana que incluya el carácter comunitario (discernimiento comunitario); en la respuesta a las nuevas etapas de la vida; en el momento de afrontar situaciones adversas; etc. Esta es la razón del discernimiento: se necesita.

Garantías del discernimiento espiritual 



 Siempre se han dado reglas de discernimiento, y ofrecemos las que consideramos más fundamentales para nuestro momento actual.

a) Los frutos han sido siempre y también son hoy un criterio definitivo. Los frutos del Espíritu son: «amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí» (Gál 5,22); «pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad» (Ef 5,8-9). Por los frutos los conoceréis (Mt 7,16).

b) La confesión de «Jesús es el Señor». No podemos olvidar esta frase de san Pablo: «Por eso os hago saber que nadie, hablando en el Espíritu de Dios, puede decir: “iAnatema es Jesús!”; y nadie puede decir “Jesús es el Señor!” sino en el Espíritu Santo» (1 Cor 12,3). Está claro que quien se refiera a Jesús, como el Señor, reconociéndole la divinidad y expresando su adhesión personal, está bajo la acción del Espíritu.

c) La unidad de comunión. Quien busca de verdad la unidad de comunión, actúa desde el Espíritu. La unidad es palabra de Jesús y realidad querida por él (Jn 17,2 1-22), y es obra del Espíritu: «unidad del Espíritu» (Ef 4,3). Siguiendo a san Pablo, vernos que la presencia del Espíritu lleva a la pluralidad
(1 Cor 12,4.12), y que la pluralidad vivida en el Espíritu exige la unidad, porque el origen de los carismas es el mismo Espíritu (1 Cor 12,7-11) y la finalidad es común a todos, la edificación de la Iglesia (Ef 4,12; 1 Cor 12,7).

d)     La filiación, como vivencia siempre nueva e integradora. Conocemos ya cómo la filiación es el dato que transforma más radicalmente al cristiano, y cómo en ella está presente el Espíritu (Gál 4,6; Rom 8,15). Esta nueva posición de hijo ante Dios Padre, de hermano con todos los hombres y de persona libre en relación con el mundo entraña necesariamente un nuevo planteamiento de vida con su correspondiente comportamiento; y esta nueva vida será posible en el Espíritu (Rom 8,14).

e) La fraternidad sentida y comprometedora. También sabemos que la fraternidad parte de la filiación, que se acoge en gratuidad y compromete radicalmente. No cabe duda de que en nuestra vida lo que lleva el sello de fraternidad es del Espíritu (Ef 4,1-4).

f) La pertenencia eclesial. Pensamos que quien en el momento actual cree en la Iglesia y la ama, y es definido en ella y por ella, vive bajo el Espíritu. Esta posición ha necesitado pasar de una visión meramente sociológica de la Iglesia a valorarla y vivenciarla como Misterio, Comunión y Misión en relación con la Trinidad. La pertenencia amorosamente consciente a la Iglesia y comprometida con ella me habla de presencia del Espíritu.

g) La fuerza en medio de la pobreza-pobre, en la debilidad. Esta frase: «Pero él me dijo: “Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza”» (2 Cor 12,9), no tiene vuelta en san Pablo; la vive y la proclarna repetidas veces en su verdad radical:
«Pero llevamos este tesoro en vasos de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros» (2 Cor 4,7); «Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome sobre todo en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo [...j pues cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte» (2 Cor 12,9-10). Pero nosotros sí que podemos dar vuelta a todo, hasta dar poder a la pobreza. La debilidad real, la pobreza-pobre, es la que no tiene vuelta; y cuando hay fuerza en ella, es del Espíritu.

4. Principales reglas del discernimiento


Sobre todo cuando el mal espíritu se viste de ángel de luz conviene aplicar las siguientes reglas:

a)       La Sagrada Escritura interpretada por la Tradición y el Magisterio de la Iglesia constituye la norma suprema de actuación y el más sólido punto de referencia.
b)      El árbol se conoce por sus frutos. No puede un árbol bueno dar frutos malos y viceversa. ¿Cuáles son los frutos que te produce el pensamiento, el sentimiento o el acto por discernir?
c)       Analiza el origen, el desarrollo y el fin de tus pensamientos y sentimientos. Si vienen del buen espíritu tiene que ser bueno el origen, bueno el desarrollo y bueno el fin.
d)      Observa la forma (el tono) con que es tocada el alma: suave o violenta.
Siempre es de gran ayuda hablar con alguien experimentado a manera de consulta o contraste. Aquí se sitúa la dirección espiritual o el acompañamiento. 


5. Estados espirituales más frecuentes


CONSOLACIÓN
SEQUEDAD
DESOLACIÓN
¿Qué es?
Es aumento de fe, esperanza y caridad

Los frutos del Espíritu son claros e intensos,

El sentimiento es dulce y agradable.

Hay luz en el entendimiento y fuerza en la voluntad (Gracia)

Favorece el desarrollo de la vida espiritual.
“Ni pena ni gloria”

Estado espiritual muy frecuente en el que no se perciben movimientos (mociones) ni a favor ni en contra del desarrollo de la vida espiritual,

Es un tiempo tranquilo,

Las mociones son leves, casi imperceptibles.

Es lo más ordinario.
Cuando el alma está turbada o agitada por varios espíritus.

Los frutos de la carne están a flor de piel.

El sentimiento es
pésimo, desesperante, amargo.

Hay tinieblas y
confusión.

Paraliza el desarrollo de la vida espiritual.
¿Cómo actuar?
Disfruta el don de Dios y se agradecido con él.

Prepárate para la prueba porque vendrá.

Pon atención al contenido de la consolación para
secundarlo en la vida
práctica.
Nunca abandonar la oración. Ten paciencia.

Examina la causa:

a) Si es fisiológico. Por ejemplo, cansancio.

b) Si falta meditación o has sido desobediente

c) Si es noche oscura.
No hacer mudanzas.

Se paciente.

Intensifica el examen.

Haz penitencia y pon los medios para salir de aquí

Cultiva la humildad.

Si persiste la desolación busca ayuda.