Translate

viernes, 12 de abril de 2013

"El que viene de arriba está por encima de todos"_Nazareth


Citas: Jn 3, 31-36 y Jn 20, 24ss.


En Juan 3, 31 empieza diciendo "El que viene de arriba está por encima de todos". Entonces yo le preguntaba a Jesús:"¿Quién es el de arriba?, y ¿Qué significa que está por encima de todos." y me contestaba: "El Espíritu Santo. Y está por encima de todos de la misma forma en la que un presidente de una compañía está hasta arriba de la pirámide, porque guía a todos." 

El Espíritu Santo está por encima de todos, porque Él es quien nos dirige. Tiene poder y nos puede guiar. Es sabio, nos sabe guiar.  Es bonito descubrir que quien nos guía es alguien que se preocupa por nosotros, que nos protege. Mucho más lo es saber quién es ese alguien, y conocer su nombre y poder hablarle. Una forma de continuar con esa convivencia con el Espíritu es mirar hacia Él, hacia arriba, no con los ojos del cuerpo, sino con los ojos de la fe. Mirar hacia arriba es como reconocer que hay que mirar con esperanza, como sabiendo que hay alguien que cuida de nosotros. Como cuando un niño que va de la mano de su papá voltea hacia él y lo mira.

Después le preguntaba: "¿Quién es aquel que es de la tierra?". Y me decía: "Aquel que no mira hacia arriba". Porque dice la cita: "El que es de la Tierra habla de la Tierra". Y es que quien no ha mirado a Dios, se queda mirando sólo lo que hay en la Tierra. A veces somos tercos y no queremos mirar hacia arriba pero a veces es por ignorancia, porque no sabemos que hay algo más. Es por eso que quienes hemos visto dónde está la esperanza, que hemos mirado hacia arriba, nos invita Jesús a compartir lo que sucede cuando levantamos nuestra mirada. 

Pero a veces cuando queremos compartir, nuestras experiencias no son del todo recibidas, dice más adelante la cita: "El que viene del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio naide lo acepta". ¿No te ha pasado que quieres compartir tu experiencia de Jesús y no te creen? Para dar a conocer a Dios a veces hay muchas trabas, por eso Jesús nos invita a usar nuestra creatividad, a imaginar cómo hacer llegar el mensaje de su amor a los demás. Reconocer esto es maravilloso porque uno se da cuenta de que Dios se fía de nuestra poca creatividad, nuestra limitada capacidad, para darlo a conocer. Nosotros!! Que a veces dibujamos un humano con bolitas y palitos!!, compartir a Aquel que ha tenido tanta creatividad como para haber formado a millones de personas, todas diferentes. Confía en nosotros, y nos deja hacerlo a nuestro estilo, como se nos ocurra, para hacer que aquel que aun no conoce a Jesús, lo descubra. Pero no nos deja solos en eso, nos comparte de su creatividad de DIos porque "Nos da el espíritu sin medida". Cuando uno permanece mirando el Espíritu descubre la manera de darlo a conocer. Entonces me preguntaba: ¿Cuando he mirado al espíritu? ¿Que es eso que he vivido que me gustaría contar a otros para que también miren hacia arriba? ¿Cómo lo contaría para que quisieran también acercarse a conocer?

Ahora que vivimos en la segunda semana después de la Resurrección, también me preguntaba ¿Qué tiene que ver esto con la Pascua? Me decía Jesús: "Este es un tiempo que dedicamos para reconocer al Espíritu Renacido, de mirar hacia arriba. Es tiempo de anunciar lo que vemos a los que siguen viendo a tierra, pero también es tiempo de creer en el Hijo "El que cree en el hijo tiene vida eterna".  

Entendía que esta cita es una invitación a seguir gozando de la vida nueva de la resurrección, recordando que podemos mirar al Espíritu. Pero también recordar porqué creemos en Jesús. Este pasaje de la Biblia nos habla a nosotros cuando somos los anunciadores para alentarnos a hablar de lo que por medio del Espíritu hemos vivido, pero también para alentarnos a seguir viviendo nuestra realidad de que debemos vivir una vida de conversión que no se quede en la cuaresma, sino que sea una continuo reconocer a Jesús y porqué creemos en Él.

 Con una experiencia que tuve de falta de fe la semana pasada, me sentía como Tomás cuando Jesús se apareción a los discípulos y él no creía, y quería tocarlo para convencerse de que era real (Jn 20, 24ss). Yo le decía a Jesús: ¿Porqué no experimento la paz que se supone que uno ha de sentir cuando te sigue?. A lo que me contestaba: "¿Quieres sentir?, ¿Quieres meter tu mano en mi costado para creer en mí?" Se me venía a la mente el Soneto a Cristo Crucificado:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
para dejar por eso de ofenderte.
ni me mueve el infierno tan temido
  ¡Tú me mueves, Señor!  Muéveme el verte       
erpo tan herido;
muévenme tus afre
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu c
untas y tu muerte.
 Muéveme en fin, tu amor, y en tal manera
hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,       
y aunque no
hdar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

  Sobre todo los últimos 2 renglones: "Aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera". Y entendí que uno espera a veces algo de Jesús, para creer en Él: una señal, una experiencia, un milagro, ver que alguien cambie. Sin embargo, uno puede tener una fe tan grande y creer si mira al Espíritu, porque si hacemos eso, podemos creer en Jesús a pesar de que se nos de o no, lo que de Él esperamos. Esto me hacía pensar en qué era realmente lo que me hacía creer en Jesús. Y por último me quedaba con esta pregunta ¿Porqué seguiría queriéndote Jesús aunque lo que espero de ti no esperara?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario